Clase tras clase iba mejorando, se me daba realmente bien.
Sin embargo, sentía que las clases semanales de flauta, por muy productivas que fueran, eran insuficientes.
Yo quería más, quería un seguimiento diario y constante,
una persona de confianza que me ayudara a crecer y con la que poder contar siempre.
En pocas palabras: necesitaba un mentor que me ayudase a impulsar mi carrera como músico.
Fue entonces cuando en junio de 2020 decidí fundar Instrumentoring. Un organismo vivo con una misión clara: